El gran drama de Dios es que Él sabe que no puede cambiar el mundo, aunque lo desee con toda su omnipotencia. Y los que creen que el cuerpo del hombre es la prisión del alma de la que debe liberarse para aproximarse a Dios están equivocados. El cuerpo del hombre alberga como parte consubstancial de su ser el alma, la que nos revela como razón y potencia mediadora entre el hombre y todas las cosas, en la medida que se aleja de Dios para construir su propio mundo moral. Quiénes dicen infatuados y seguros de sí que Dios ha sido olvidado no saben que quien ha sido olvidado es el hombre.
jueves, 31 de diciembre de 2015
miércoles, 30 de diciembre de 2015
PALABRAS PREVIAS
Después
de una larga vida en la que he escrito libros, materializando algunos sueños,
entregándome a ratos a cantar mi plegaria a la literatura, y he soportado el
tedio y también la angustia de existir, he decidido crear un blog para difundir
mis emociones, intuiciones y pensamientos, y también mis recuerdos, recurriendo
a la memoria, preocupado sí por establecer un diálogo con quien me lea
utilizando la lengua que encarna la vida, buscando verbal acercarme al hombre,
mi coetáneo. No he renunciado pues a mi deseo de trascender, deseo humilde y al
mismo tiempo grandioso que no creo que jamás satisfaga desde mi tumba. Sé que
mi destino me ha concedido un tiempo para que mi discurso se traduzca en
conceptos pero también en el arte de la prosa, y que debo emplearlo como un
instrumento para reafirmar mi vocación y empeño por aspirar a dar una visión
incompleta de la condición humana.
Ubicación:
Miraflores, Perú
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